Todo el mundo quiere ser clavado.
A veces lo primero que sientes por alguien es lujuria. Puede que sea por un desconocido. Puede que sea por alguien en quien acabas de fijarte, o por alguien a quien has conocido, pero que no te permite desear. Quizá no sepas si les afectas, si el sonido de su voz o la forma en que tocan tu mano les vuelve tan locos como a ti.
O tal vez te desean tanto como tú a ellos. A veces, es todo lo que puedes hacer para no actuar en consecuencia.
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