Sólo hay una regla: llegar a Navidad sin enamorarse.
Si el mundo no cree que Damien Prynce es heterosexual, el actor rompecorazones se queda sin trabajo.
Sigue el guión a la perfección, hasta que un obstinado montañés de salvajes ojos azules entra en el set. Entre renos desbocados, citas dobles y sexting accidental, las líneas empiezan a difuminarse. Pero pase lo que pase entre las sábanas, sigue habiendo una regla: no enamorarse. Bastante fácil, ¿verdad?
Si Connor se distrae con su nuevo amigo, guapo e inexperto, perderá el legado de su familia.
Sus planes de desaparecer en el bosque y no volver a hablar con nadie empiezan a desmoronarse cuando se ve obligado a trabajar con un actor engreído y pelirrojo que no sabe cuándo callarse. Enseñar a un chico inocente todas las formas en que un hombre puede volarle la cabeza es demasiado para resistirse, pero ahora necesita encontrar la fuerza para alejarse.
Cuando empiecen a saltar chispas, a estos polos opuestos les resultará cada vez más difícil pasar las Navidades solos.
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